Amy Goodman
La Maratón de Boston y sus repercusiones han acaparado la atención de
los medios de Estados Unidos. Sin embargo, otra serie de explosiones
ocurridas dos días más tarde, y en las que el número de víctimas
mortales fue cuatro veces mayor, tuvo mucho menos cobertura mediática.
Fue el peor accidente industrial en años, aunque llamarlo accidente no
tiene en cuenta que era evitable y que posiblemente se trate de un acto
negligente, como suele suceder en muchos lugares de trabajo peligrosos.
La primera llamada al 911 llegó a las 7:29 de la tarde del miércoles
17 de abril. Una mujer que se encontraba en una plaza de juegos vio un
incendio del otro lado de las vías del tren, en las instalaciones de la
empresa West Fertilizer Co., en la pequeña localidad de West, Texas,
cerca de Waco. Acto seguido, el departamento local de bomberos
voluntarios se movilizó. Menos de 25 minutos más tarde, una enorme
explosión sacudió la planta y causó ondas de choque, escombros y fuego
en toda la localidad de West, provocando la muerte de 15 personas, entre
ellas un médico del servicio de emergencias, ocho bomberos voluntarios y
un jefe de bomberos de Dallas que estaba visitando a sus hijos y se
sumó al esfuerzo de los bomberos.