Amy Goodman y Denis Moynihan
Han pasado tres años desde el terremoto y el tsunami que provocaron
el desastre nuclear de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi en
Japón. El número de víctimas mortales inmediatas del tsunami superó las
15.000 y alrededor de 3.000 personas permanecen desaparecidas. Sin
embargo, el número de muertos sigue aumentando, tanto en Japón como en
otros países. Los efectos del desastre nuclear de Fukushima en la salud y
el medio ambiente son graves y se ven agravados a diario a medida que
la planta nuclear, de la empresa Tokio Electric Power Company (TEPCO), continúa liberando contaminación radiactiva.
Como parte de una iniciativa poco común, más de cien marineros e
infantes de marina estadounidenses presentaron una demanda colectiva en
la que acusan a TEPCO de mentir acerca de la
gravedad del desastre, cuando ellos corrieron al lugar de los hechos
para brindar ayuda humanitaria. Iban a bordo del portaaviones USS
Ronald Reagan, que funciona a energía nuclear, y de otros buques que
viajaron con el Reagan y que participaron en la respuesta humanitaria al
desastre denominada “Operación Tomodachi”, que en japonés significa
“Operación amistad”.