Amy Goodman,
con la colaboración de Denis Moynihan
El ataque de Israel contra la población palestina de la Franja de
Gaza ya lleva más de tres semanas. El actual ataque militar terrestre,
marítimo y aéreo ha durado más que el terrible ataque de 2008/2009, en
el que murieron 1.400 palestinos. El número de muertos es de al menos
1.400 personas, en su gran mayoría civiles.
Al momento de escribir esta
columna, las Naciones Unidas confirmaron que una escuela de la ONU
en Gaza, en la que miles de civiles estaban refugiados, fue atacada por
las Fuerzas de Defensa israelíes, dejando un saldo de al menos 20
personas muertas. Las Naciones Unidas informaron 17 veces las
coordenadas exactas del refugio a las fuerzas israelíes.
Democracy Now! entrevistó a Henry Siegman, un referente del
pensamiento judío en Estados Unidos y presidente del “US/Middle East
Project” (Proyecto Medio Oriente/Estados Unidos). Siegman es rabino y ex
director ejecutivo del Congreso Judío Estadounidense y del Consejo de
Sinagogas de Estados Unidos, dos de las principales organizaciones
judías del país.
Siegman sostiene que la ocupación israelí de los
territorios palestinos debe terminar.
“Hay un dicho talmúdico en la ‘Ética de los padres’ que sostiene ‘No
juzgues a tu prójimo hasta no haber estado en su lugar’.
Entonces, mi
primera pregunta al abordar cualquier problema relacionado con la
cuestión israelí-palestina es: ¿qué haríamos si estuviéramos en su
lugar’.
¿Qué sucedería si la situación se reviritera y la población
judía fuera sitiada o se le dijera: ‘Les damos menos de un 2% de
Palestina.
Ahora compórtense. Nada de resistencia y permítannos
encargarnos del resto’. ¿Acaso algún judío hubiera dicho que es una
propuesta razonable?”.
Siegman continuó: “En las circunstancias actuales, Israel tiene
derecho de hacer lo que está haciendo ahora y, por supuesto, como se ha
sostenido, incluso el Presidente de Estados Unidos lo ha afirmado en
reiteradas ocasiones, ningún país aceptaría vivir bajo esa amenaza
permanente.
Aunque le faltó decir, y es lo que invalida y socava el
principio, es que ningún país ni ninguna población aceptaría vivir del
modo en que se ha obligado a vivir a la gente de Gaza.
Y, por
consiguiente, eso también invalida esta ecuación moral que pone a
Israel en el lugar de la víctima que debe actuar para evitar que la
situación continúe de esta manera. Y nuestros medios rara vez señalan
que los palestinos de Gaza o Hamas, la organización a cargo de Gaza, que
son los atacantes, también tienen derecho a tener una vida normal y
digna y que ellos también deben pensar ‘¿qué podemos hacer para poner
fin a esta situación?’”.
Henry Siegman nació en Alemania en 1930. Él y su familia fueron
perseguidos por los nazis.
“Viví dos años bajo la ocupación Nazi, la
mayor parte del tiempo corriendo de un lugar a otro, ocultándome.
Siempre pensé que la lección más importante del Holocausto no es que
existe el mal, que hay personas malvadas en el mundo que pueden hacer
las cosas más crueles e inimaginables.
Ese no fue el principal
aprendizaje del Holocausto. El gran aprendizaje del Holocausto es que la
gente de bien, cultivada, que generalmente consideraríamos buenas
personas, puede permitir que ese mal se imponga. La población alemana,
que no eran monstruos, permitió que la maquinaria nazi hiciera lo que
hizo”.
El padre de Siegman fue uno de los líderes del movimiento sionista
europeo, que reclamaba una patria para el pueblo judío. Siegman contó:
“Yo era un ferviente sionista ya desde niño.
Recuerdo que en el barco
que me trajo aquí, cuando estábamos viniendo a Estados Unidos y tendría
10 u 11 años de edad, escribía poesía y canciones sobre el cielo azul de
Palestina. En aquella época la denominábamos Palestina”.
En Estados Unidos, Henry Siegman se convirtió en un importante
referente de la vida judía estadounidense. Cuando le pedí que
reflexionara sobre el ataque actual contra Gaza, sostuvo: “Es
desastroso.
Tanto en términos políticos como desde el punto de vista
humanitario. Cuando uno se pone a pensar que esto es lo que hace falta
para que Israel sobreviva, que el sueño sionista se basa en el asesinato
reiterado de personas inocentes a la escala que vemos hoy en la
televisión, se trata de una crisis muy profunda del pensamiento de todos
los que estamos comprometidos con la creación de un Estado y su éxito”.
Le pedí a Siegman que mirara un fragmento del programa “Face the Nation”, de la cadena CBS.
El presentador, Bob Schieffer, finalizó recientemente el programa con
el siguiente comentario: “En Medio Oriente, el pueblo palestino se
encuentra bajo el control de un grupo terrorista que se ha embarcado en
una estrategia para que sus propios niños sean asesinados para lograr
compasión con su causa.
Esta estrategia probablemente esté funcionando,
al menos en algunas partes. La semana pasada, encontré una cita de hace
muchos años de Golda Meir, una de las primeras líderes de Israel, que
bien podría haber sido pronunciada ayer: ‘Podemos perdonar a los árabes
por matar a nuestros hijos’, afirmó, ‘pero jamás podremos perdonarlos
por obligarnos a matar a sus hijos’”.
Siegman dijo que había visto el programa y respondió: “Conocí a Golda
Meir y escuché su comentario. En aquel entonces pensé —y ahora también
pienso— que es una declaración terriblemente hipócrita.
Esta declaración
la realizó la misma mujer que dijo: ‘Los palestinos...no existen los
palestinos.
Yo soy palestina’. Si no quieres matar a los palestinos, si
te provoca tanto dolor, no debes matarlos.
Puedes darles sus derechos y
puedes poner fin a la ocupación.
Y, ¿culpar a los palestinos de la
ocupación y del asesinato de inocentes del que estamos siendo testigos
en este momento en Gaza? ¿Por qué? ¿Por querer un Estado propio? ¿Por
querer lo que los judíos quisieron y lograron? Lo encuentro, para
decirlo en términos suaves, poco digno de admiración. Hay algo
profundamente hipócrita acerca de su declaración original y acerca de
repetirlo al aire ahora como una gran reflexión moral”.
Mientras Estados Unidos continúa suministrando armas a Israel, más de
250 niños han muerto en Gaza. En lugar de darle armas, Estados Unidos y
el resto del mundo deberían presionar a Israel para que ponga fin a la
matanza.