Por: Dr. H. Roberto Herrera Cáceres
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos
Sobre la base del análisis de la “hoja informativa”
publicada por la Casa Blanca y la información nacional e internacional relativa
al reciente encuentro (25 de julio) de los señores Presidentes de Honduras,
Guatemala y El Salvador con el señor Presidente de los Estados Unidos de
América, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos considera que, aún cuando
hayan sido muy limitados los resultados en cuanto a respuestas inmediatas
esperadas en Centroamérica, esa reunión constituyó una etapa de progreso del
diálogo, Centroamérica – Estados Unidos, sobre migración.
Diálogo que se había iniciado en Guatemala
el 20 de junio, entre el señor Vice – Presidente de los Estados Unidos de
América y los tres Presidentes centroamericanos; continuado a nivel técnico, el
16 y 17 de julio, durante la Conferencia Internacional de Tegucigalpa sobre Migración,
Niñez y Familia; y complementado por visitas de personalidades internacionales
norteamericanas a la región centroamericana.
En la fase actual de ese proceso de
diálogo, se constata que hay un reconocimiento mutuo de la responsabilidad
compartida de los Estados de tomar medidas inmediatas y planificar otras más
integrales y comprensivas que atiendan las necesidades de la seguridad humana y
el desarrollo en Centroamérica, y que igualmente pongan fin al ciclo sistémico
de la migración forzada irregular.
Evidencia de ese reconocimiento mutuo es
el avance en cooperación en cuanto a medidas tendientes a suspender el flujo de
migrantes irregulares hacia los Estados Unidos de América para promover una migración
legal, ordenada y segura (I), y al afianzamiento de la voluntad política
conjunta de diseñar y poner en funcionamiento un plan para Centroamérica
orientado a eliminar progresivamente las condiciones que generan la pobreza y
exclusión social y favorecen la delincuencia, y que también contribuyen a la
migración forzada de personas (II).
El
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, como Defensor del Pueblo,
reconoce esos avances y debe contribuir, con sus análisis y recomendaciones, a que,
en la continuación del diálogo, se tenga siempre presente el respeto de los derechos
humanos de los habitantes y migrantes.
Nos
referiremos, a continuación, a los avances y posibilidades de cooperación que
genera el diálogo intergubernamental en curso.
I.
Medidas
tendientes a suspender el flujo de migrantes, con atención especial a la niñez
no acompañada.
Este aspecto del diálogo ya ha producido
resultados en los cuatro Estados y México, en materia de mayores controles
fronterizos, acción policial contra los “coyotes”, campañas de disuasión de
corrientes de migrantes irregulares, mayor presencia consular de los países
centroamericanos en puntos de la frontera norteamericana y mexicana; y
concertación para el retorno digno de la niñez no acompañada que no reúne los
requerimientos para asilo o refugio y de unidades familiares de madres y niños
y otros adultos, a sus países centroamericanos de origen.
A este último respecto, países como
Honduras ya han estructurado la acción para recibir y dar seguimiento a los
migrantes que sean devueltos y una Fuerza Gubernamental de Tarea realiza actividades
para dar debida acogida a nuestros migrantes y seguimiento a la atención y
protección especial que requiere la niñez que retorna a la Patria, de la cual
no debió haberse visto forzada a migrar y donde debe tener las oportunidades
para desarrollarse plenamente con dignidad y seguridad. Las actividades de esa
comisión gubernamental son supervisadas por este Comisionado Nacional de los
Derechos Humanos, conforme a parámetros internacionales de Naciones Unidas
relativos a estas situaciones.
El
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos considera necesario hacer un
especial pronunciamiento sobre lo expuesto en algunos medios internacionales de
comunicación en relación con presuntos proyectos orientados a la devolución a
Centroamérica de niños y niñas no acompañados, sin la atención especial que
requieren ni audiencias previas de deportación.
El
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos reitera que tal actitud
constituiría una flagrante contravención a normas imperativas jurídicas
internacionales y nacionales vigentes. Recuerda que conforme al Estado de
Derecho (Rule of Law) que impera en los Estados Unidos de América, los países
de tránsito y los de origen, los niños y niñas migrantes hondureños,
salvadoreños y guatemaltecos que se encuentran ya en albergues norteamericanos
o los que ya hayan salido de los albergues y están amenazados de deportación,
son sujetos potenciales de protección internacional y deben serlo si reúnen los
requisitos previstos en el Derecho Internacional consuetudinario, los tratados
internacionales y las leyes norteamericanas.
Ejemplo
es la ley sobre el “Niño Extranjero No Acompañado”, que prescribe el examen del
caso para que, cuando proceda, cada niño o niña pueda ser clasificado, por
cortes juveniles, como niños dependientes de una corte de menores o bajo
custodia de una agencia o departamento de un Estado federal, en caso de haber
sido abusados, abandonados o desatendidos; o solicitar, ante el Departamento de
Seguridad Nacional (Department of Homeland Security), el otorgamiento del
status especial de inmigrantes juveniles (Special Immigrant Juvenile Status);
o solicitar visa de residencia por haber
sido víctimas de trata de personas o de ciertos otros delitos reconocidos en
los Estados Unidos de América.
Aun
cuando se derogaran esas leyes, el principio de irretroactividad impediría que
otro tipo de restricciones mayores pudiesen aplicarse a la situación de nuestra
niñez en la situación antes indicada.
Se ha informado que, hacia el futuro, se
realizará un proyecto en Honduras que (volviendo a abrir las posibilidades de
visas humanitarias hacia Estados Unidos de América), posibilite el examen de cada
caso de potenciales migrantes para verificar la documentación y evaluación
desde territorio hondureño que acredite si reúne o no los requisitos legales de
las leyes norteamericanas para acogerse al asilo o refugio en dicho país.
No obstante lo anterior, el Comisionado Nacional de los
Derechos Humanos considera que hay otros aspectos que influyen sobre la
persistencia de corrientes de migrantes irregulares como lo son, por una parte,
la falta de regularización permanente de la presencia de migrantes irregulares
centroamericanos que residen y trabajan en los Estados Unidos de América,
sujetos periódicamente a la incertidumbre de la aprobación del TPS; y, por otra
parte, de los que no están amparados por ese estatuto provisional pero ya viven
y trabajan en los Estados Unidos contribuyendo con sus esfuerzos al crecimiento
económico de ese país y quienes, por no poder retornar a sus países de origen, necesitan
reunificarse con sus familias y pagan por que las conduzcan, por la misma ruta
del migrante irregular, a los lugares donde se encuentran.
Consideramos que, por justicia y ética
universal, estas situaciones deben también encontrar solución positiva en el
eventual Plan para ayudar a Centroamérica a crear más y mejores oportunidades
de vida digna y trabajo decente, reduciendo progresivamente las condiciones que
generan la pobreza de la mayoría de su población, así como la violencia y
delincuencia que ha hecho presa de ella.
II. Plan internacional para una Centroamérica próspera, democrática y
segura.
Los Estados Unidos se han comprometido a
trabajar conjuntamente con los Estados centroamericanos, México, Colombia,
bancos multilaterales de desarrollo y otros socios internacionales, para
desarrollar un sostenible y bien coordinado plan que fortalezca la eficacia de
los esfuerzos, de todos los sectores de las sociedades y Estados centroamericanos,
para dar respuesta a los graves problemas que afectan a Centroamérica. Para
ello, se estima necesario acelerar el desarrollo humano y crecimiento económico
de los países centroamericanos, mejorando la seguridad y eliminando
progresivamente los factores sistémicos que causan la migración forzada irregular.
El Comisionado Nacional de los Derechos
Humanos considera que los centroamericanos deberíamos proponer prontamente el
proyecto de ese Plan internacional para que las negociaciones se realicen sobre
la base de la realidad y las expectativas centroamericanas, teniendo presente
que nuestro proceso de integración regional fue diseñado, desde 1991, con el
propósito de convertirnos en una sola Región de Paz, Libertad, Democracia y Desarrollo,
tal como lo prevé el Protocolo de Tegucigalpa que crea el Sistema de la
Integración Centroamericana. Diseño que, después de más de veinte años de
vigencia, encuentra ahora la ocasión para aplicarse debidamente, eliminando
progresivamente las amenazas a la seguridad democrática que obstaculizan el
desarrollo humano sostenible, la consolidación del Estado de Derecho, el
fortalecimiento democrático y el respeto irrestricto a los derechos humanos, en
Centroamérica.
En ese plan deberíamos plantear nuevos
enfoques que relacionen sistémicamente el desarrollo y la seguridad democrática
desde el ámbito local del municipio con el nacional y el regional, mediante
coordinaciones reales y efectivas e institucionalidad funcional para lograr el
objetivo de impulsar una Centroamérica
“Próspera, democrática y segura” en la cual sus habitantes vivan con dignidad y
tengan empleos decentes, y no se vean forzados a emigrar a otros países.
Para lograrlo necesitaríamos también
alinear y armonizar la cooperación internacional hacia la región con el
objetivo señalado de ese plan y adecuar
al mismo el funcionamiento de la institucionalidad regional, creando
interacciones constantes y coadyuvantes entre lo local, nacional y regional
para asegurar, a nivel de cada municipio, el desarrollo humano y la seguridad
democrática de las comunidades.
Necesitaremos prever la auditoría social
y rendición de cuentas en cuanto a la ejecución correcta por la
institucionalidad de las funciones y la gestión honesta y eficaz de los
recursos que les asigne éste plan y garantizar también que todo ello se realizará
en razón exclusiva de su propósito de efectividad del cumplimiento y respeto de
los derechos humanos de todas y todos los habitantes centroamericanos.
Recomendaciones
1. Que
el Gobierno de la República asegure acciones coordinadas, entre nuestra Embajada
y cónsules en los Estados Unidos de América, para hacer posible la asistencia
psicológica y legal a los niños y niñas migrantes no acompañados que se
encuentran en albergues norteamericanos o que han salido de ellos con la
amenaza de ser deportados, a fin de garantizar, en los casos que corresponda,
la protección internacional de nuestra niñez y su derecho al asilo o refugio en los Estados Unidos de América.
Se exhorta igualmente a la sociedad
civil y, en especial, a las organizaciones no gubernamentales, iglesias y
universidades, a contribuir activamente con sus alianzas con instituciones
norteamericanas para lograr la asistencia requerida incluyendo abogadas y
abogados pro–bono que aseguren el consejo, defensa y acompañamiento debido a
las niñas y niños hondureños.
2. Que
todos los sectores de la sociedad y Estado de Honduras favorezcan y participen
ordenadamente en la campaña de disuasión
de la migración forzada de hondureños y hondureñas, contribuyendo a mejorar la
seguridad democrática en los municipios y a activar el desarrollo humano en las
comunidades locales, en forma tal que se apoye concretamente la existencia de
mejores condiciones de vida y de trabajo en todos los municipios de Honduras.
El Comisionado Nacional de los Derechos
Humanos, como impulsor del Estado democrático de Derecho y del derecho al
desarrollo de los pueblos, contribuirá en esa dirección con el Gobierno
Central, los gobiernos locales y las comunidades, para asegurar condiciones de vida digna y
productiva que activen el desarrollo humano y el crecimiento económico,
avanzando así en la cimentación de municipios de bienestar solidario, en todo
el ámbito nacional. El CONADEH cuenta, para esa contribución y acompañamiento,
con el Plan de Acción “Vanguardia de la Dignidad Humana” y oficinas o
delegaciones en los dieciocho
Departamentos de la República.
3. Que
el anunciado Plan para una Centroamérica próspera, democrática y segura, tenga
su cimiento estructural en los municipios y en el bienestar de sus comunidades,
a partir de la movilización de sus propios recursos, robustecidos con el apoyo
del Gobierno Central o nacional y complementado con el aporte de las
competencias técnicas y recursos de la institucionalidad centroamericana, y el
apoyo suplementario que brinde la comunidad internacional, para la
sostenibilidad y mayor eficacia de este plan regional.
El plan debería prever un sistema
especial e independiente para su seguimiento, control y evaluación por resultados, así como
incorporar la supervisión por parte del Consejo Centroamericano de Procuradores
de Derechos Humanos.
4. Que
el Gobierno central y los gobiernos locales de Honduras, con el apoyo de la
sociedad civil y el sector empresarial, preparen conjuntamente el anteproyecto
del antes mencionado plan de impulso al mejoramiento de las condiciones
socio-económicas en la región centroamericana.
Que dicho anteproyecto sea analizado y
perfeccionado con los otros países centroamericanos para estructurar
concertadamente el proyecto a negociar con los Estados Unidos de América y
otros actores relevantes, con el propósito de eliminar progresivamente y en
forma verificable las condiciones estructurales que mantienen a la mayoría de
la población en la pobreza y exclusión social, y de crear condiciones que
permitan su incorporación al desarrollo humano y crecimiento económico de sus
países y de la región en su conjunto, y al goce de los frutos del bienestar, la
democracia y la prosperidad.
Que por abarcar ese Plan internacional
para una Centroamérica próspera, democrática y segura, los factores sistémicos que causan la
migración forzada de centroamericanas y centroamericanos, que debería incluir la regularización migratoria
permanente tanto de los migrantes centroamericanos que ya se han sometido al
marco regulador del TPS, como de los migrantes centroamericanos irregulares o
no documentados que ya viven y trabajan en los Estados Unidos desde hace varios
años.
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