Heraldo Muñoz *
En las últimas seis semanas, el presidente Barack Obama, el
vicepresidente Joe Biden y el presidente de China, Xi Jinping, han
realizado visitas a la región de América Latina y el Caribe. De hecho,
el presidente Xi de China, ha empezado esta semana su primera
gira americana desde que llegó al poder hace ocho meses, con reuniones
en el Caribe, Costa Rica y México antes de visitar los Estados Unidos.
Lejos
de ser coincidencia, los líderes de las dos primeras potencias
económicas del mundo se vuelcan ante una región transformada, que se
define cada vez más por el optimismo,
la oportunidad, el crecimiento y la democracia.
La razón está clara: la economía. Los Estados Unidos siguen siendo los
principales inversores extranjeros en la región. En 2012, las
exportaciones de Estados Unidos a América del Sur, el Caribe y
Centroamérica ascendieron a 205 mil millones dólares, en comparación
con los 110 mil millones dólares de las exportaciones a China. Tan solo
las exportaciones de los Estados Unidos a México alcanzaron los 216 mil
millones de dólares el año pasado. Pero China ya se ha convertido en el
segundo socio comercial de México.
Además,
las exportaciones de Estados Unidos a América Latina y el Caribe han
disminuido durante la última década, y China ha ido llenando ese vacío,
mientras que el comercio
de la India con la región también crece considerablemente. Los Estados
Unidos se han convertido en el segundo socio comercial de Brasil,
después de China. El comercio bilateral entre ambos países alcanzó los
100 mil millones de dólares, pero el vicepresidente
Biden dijo que "no hay razón" para que ese número no alcance los 400 o
500 mil millones.
La
conclusión es que América Latina ya ha emergido, y no está atada a
ningún socio externo en particular. Brasil es la séptima economía más
grande del mundo, Argentina, Brasil
y México ocupan asientos en el G-20, Chile y México se han unido a los
países desarrollados de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE). Adicionalmente, la región de América Latina
y el Caribe no padece o exporta grandes conflictos.
Durante la última década, América Latina se ha convertido en una región
de países de ingresos medios, con un crecimiento más rápido que el
promedio global y una reducción de los déficit comerciales gracias a un
alza en los precios de los
commodities, la mejora de las inversiones, y el crecimiento de
los mercados internos. Desde 2002, la región ha sacado de la pobreza a
58 millones de personas que ahora forman parte de la clase media.
Además, a pesar de algunos contratiempos, a partir
de la década de 1990 la región ha experimentado su periodo más largo de
democracia.
La
región todavía presenta retos, sobre todo debido a la existencia de
instituciones débiles, corrupción e inseguridad ciudadana, que
obstaculizan el desarrollo. Y pese a la
reducción de la pobreza y la desigualdad en los últimos años, 10 de los
15 países más desiguales del mundo se encuentran en América Latina y el
Caribe. Mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, afrodescendientes y los
que viven en el campo siguen rezagados. Otra
preocupación es que el crecimiento ha sido impulsado por el consumo con
dependencia en los
commodities, en países que cuentan con estructuras fiscales regresivas.
A pesar de que la crisis económica global es causa de incertidumbre,
China y los Estados Unidos reconocen que América Latina, a diferencia
del pasado, es parte de la solución y no del problema. La región debe
enfrentar sus problemas pendientes. Aun así, con
su población joven, abundancia de agua y recursos energéticos
renovables, su capacidad de producción de alimentos, sus mercados en
crecimiento y sus democracias cada vez más resistentes, el futuro se ve
prometedor.
* Heraldo Muñoz es ex embajador de Chile
y ex presidente
del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas,
actualmente es Subsecretario-General de la ONU y Director para América
Latina y el
Caribe del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD).
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