"Escribo estas palabras de la forma más objetiva
posible, con la esperanza de que sirvan de advertencia al mundo",
escribió el periodista Wilfred Burchett desde Hiroshima. Su artículo
titulado "La plaga atómica" fue publicado el 5 de septiembre de 1945 en
el periódico London Daily Express. Burchett logró evitar el bloqueo
militar estadounidense de Hiroshima y fue el primer periodista
occidental que visitó la devastada ciudad. Escribió en aquel entonces:
"Hiroshima no se parece a una ciudad bombardeada. Es como si una
aplanadora gigante le hubiese pasado por encima y la hubiera aplastado
hasta hacerla desaparecer".
Viajemos 66 años en el tiempo, hasta el 11 de marzo de 2011, y
situémonos a casi 1.000 km. al norte de Hiroshima, en la ciudad de
Fukushima, tras el gran terremoto que sacudió el este de Japón y provocó
un tsunami ese día. Como sabemos ahora, el impacto inicial que dejó
19.000 muertos y desaparecidos fue apenas el comienzo. Lo que empezó
como un desastre natural se convirtió rápidamente en un desastre
provocado por el hombre, después de que, uno tras otro, fallaran los
sistemas de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi. Tres de los
seis reactores colapsaron y comenzaron a liberar radiación a la
atmósfera y el océano.