lunes, 16 de abril de 2012

LA ACADEMIA O LA POLÍTICA EN LA UNAH


Ramón Romero (Ph.D.)
Profesor-Investigador de la UNAH
1.La Universidad Nacional Autónoma de Honduras está reformándose para superar el pasado de mediocridad académica, caos institucional y administración indebida en que la manipulación política la sumió a lo largo de muchos años. El Congreso Nacional fue sensible a las voces universitarias y nacionales, tomando la iniciativa de aprobar una nueva Ley Orgánica que, respetando la autonomía universitaria, posibilitara liberar a esta institución de la manipulación política interna y externa. Tres disposiciones de la Ley Orgánica han sido decisivas para liberar a la UNAH de la manipulación política: 1) la eliminación de la paridad estudiantil; 2) la designación de los representantes estudiantiles al Consejo Universitario mediante nombramiento y no por elecciones; 3) el establecer tres requisitos para los estudiantes que integrarán el Consejo Universitario: a) ser estudiantes de grado, matriculado regularmente; b) haber cursado al menos un tercio de las asignaturas de su carrera; c) tener un índice académico no menor de 80%.

2.Los avances de la reforma universitaria están evidenciándose en aspectos académicos como la investigación científica, la vinculación de la Universidad con la  sociedad, la autoevaluación de las carreras y la ampliación al nivel virtual de la educación a distancia. Otra dimensión de la reforma es la honradez y transparencia en el manejo de las finanzas. A su vez, la administración de los recursos de la Universidad con las manos limpias ha posibilitado el mejoramiento de espacios físicos, la dotación de equipos para la docencia e investigación científica, y la construcción de nuevos edificios sin que la UNAH se haya endeudado. Todo eso marca grandes diferencias con el pasado de manipulación política y manejo obscuro de los  recursos. En cuanto a su responsabilidad con Honduras, también hay grandes diferencias. Durante los años de manipulación política, la Universidad fue puesta de espaldas a los temas y problemas decisivos del desarrollo nacional, desperdiciando el gran potencial de aporte que esta institución tiene. Hoy la Universidad acata y da cumplimiento a la norma constitucional que le ordena contribuir al estudio de los problemas nacionales y a la transformación de la sociedad hondureña. La UNAH de hoy, en el marco de la reforma universitaria está investigando científicamente y formulando propuestas viables de solución a problemas clave de nuestro país. Por ejemplo, estamos desarrollando un nuevo modelo de Atención Primaria en Salud, con características de integralidad y sostenibilidad, en alianza con las Secretarías de Salud y Planificación, y de algunas municipalidades, cuya experiencia piloto se ejecuta en San José de Colinas, Santa Bárbara, y que al extenderse provocará mejoras sustanciales en la salud pública nacional. En materia de seguridad la Universidad, en alianza con amplios sectores ciudadanos, ha formulado propuestas decisivas, que transformadas en ley están posibilitando el inicio de la reforma de los servicios de seguridad pública para construir condiciones de seguridad ciudadana en toda nuestra nación. A los aportes en salud y seguridad ciudadana se suman otras áreas clave del trabajo universitario como la gestión del riesgo, la protección del ambiente y el apoyo científico-técnico a sectores productivos.

3.    La Universidad, bajo la conducción de la Rectora Castellanos y un equipo de dirección superior ha asumido con prioridad cinco áreas de compromiso: 1) el desarrollo de Honduras; 2) los servicios educativos de más alto nivel para la juventud; 3) la búsqueda de la verdad y el conocimiento científico; 4) la honradez en la conducción de la Universidad, y 5) la disposición de hacer su trabajo con altos niveles de calidad. Es un equipo reformista, con criterio profesional, sin tintes partidarios en su gestión, que se fortalece con la pluralidad de sus integrantes, evidenciando que más allá del sectarismo político hay personas capaces y honestas, de muy distintas procedencias y credos políticos, que pueden trabajar juntos en beneficio de Honduras y sin manipular a las instituciones a favor de ningún interés particular, ni político ni económico.

4.    Ante el avance de la reforma, los pequeños grupos que se oponen a la transformación y adecentamiento de la Universidad han reaccionado priorizando sus intereses particulares por encima del beneficio de Honduras, buscando oportunidades para favorecerse indebidamente con el presupuesto y el poder de la UNAH. Esos pequeños grupos –cuya cara visible está constituida por empleados universitarios que sin ser estudiantes son directivos de frentes estudiantiles, más su clientela política- pretenden retornar al pasado vergonzoso de negociaciones bajo la mesa y repartos secretos de puestos con propósitos de llegar a los más elevados cargos de poder universitario sin los méritos académicos y éticos, y desde ahí repartirse el botín con el más abyecto sentido de corrupción, sin importarles que con ello se destruya a la Universidad y se profundicen el subdesarrollo y la corrupción en nuestro país. Su estrategia de control político en la Universidad consiste en disfrazar bajo la apariencia de un derecho estudiantil y de la democracia interna, una ofensiva de obscura manipulación política que clama por volver al pasado de elecciones estudiantiles para elegir a los representantes de los estudiantes en el  Consejo Universitario, y a partir de ahí controlar aviesamente a la Universidad. Ya empezaron, en su viejo y calumnioso estilo, a alegar  que les han ofrecido la rectoría o que estaban negociando los cargos de la Junta de Dirección Universitaria, y a ejecutar pseudoelecciones.

5.    ¿La academia o la política? Los pocos que  quieren aprovecharse indebidamente del presupuesto y del poder de la Universidad pretenden poner de nuevo en discusión un asunto al cual los universitarios, la ciudadanía y el Estado de Honduras hace tiempo respondimos de manera consciente y responsable. La inmensa mayoría de hondureños, universitarios y no universitarios y nuestro Estado nos hemos manifestado a favor de que los destinos de la Universidad se decidan con criterios jurídicos, académicos y profesionales, y no en base a resultados políticos; y la historia nos ha dado la razón: es evidente y claro que al acabarse la manipulación politiquera del pasado, la Universidad  empezó a transformarse y mejorar. Pese a ello, la ambición desmedida de unos pocos les hace sostener, contra toda razón y decencia, que la Universidad debe retornar al viejo esquema de elecciones estudiantiles manipuladas desde fuera, con costosísimas y desproporcionadas campañas de propaganda  –usando dineros de procedencia obscura-,  alentando pasiones de odio y chantajeando votos para decidir la integración estudiantil del Consejo Universitario, el más importante órgano del gobierno de la UNAH, para luego, controlando el Consejo Universitario, repartirse el botín y abrir las puertas a las ganancias ilícitas y a la mediocridad académica. Resulta irónico que a ese caldo de corrupción, de manera descarada sus promotores le llaman democracia. Una institución tan importante como la Universidad no puede ni  debe estar sometida a ningún tipo de manipulación política, ni al interés de ambiciosos e inescrupulosos.

6.    La Ley Orgánica de la UNAH ordena que la representación estudiantil en el Consejo Universitario debe ser nombrada y no electa. El procedimiento legal de nombramiento se dirige a blindar y hacer permanente el gobierno universitario con criterios académicos y de sana administración. En el respeto a dicho procedimiento de selección reside la clave para evitar el retorno al cercano pasado en que la UNAH fue desnaturalizada, manipulada y disminuida en su misión.  El artículo número ocho (8) de la referida Ley Orgánica en su último párrafo ordena: “Los estudiantes para ser nombrados como miembros del Consejo, deberán ser estudiantes de grado con inscripción y asistencia regular, tener un índice académico no menor del ochenta por ciento (80%) y haber cursado un tercio de las asignaturas de su carrera.”  Pese a que la Ley es muy clara y  explícita al señalar los  tres requisitos, de manera interesada se pretende desconocer la Ley Orgánica y en su lugar aplicar el Reglamento General de dicha Ley, en el cual aparece un cuarto requisito inexistente en la  Ley: “ser elegido según el respectivo reglamento” (Artículo 23 del Reglamento General de la Ley Orgánica de la UNAH, inciso C, tercer párrafo de dicho inciso). Este cuarto requisito es ilegal por al menos las siguientes razones: a) el cuarto requisito es creado en el Reglamento y no en la Ley, y un reglamento al ser de menor jerarquía que una ley no puede alterarla sino someterse estrictamente al espíritu y la letra de la norma superior; b) las ultra disposiciones reglamentarias respecto a la ley que lo origina son nulas y en este caso el Reglamento con su cuarto requisito sobrepasa, excede o va más allá de lo que la Ley ordena; c) la existencia del cuarto requisito es contradictoria con la Ley y por tanto violatoria de la misma; d) un reglamento desarrolla la ley y por ello jamás puede establecer normas que no están previamente contenidas en la  ley; e) el espíritu del Legislador al ordenar el nombramiento y no la elección es eliminar el control político sobre la Universidad y no prologar el mismo.

7.    El Consejo Universitario debe proceder a nombrar a los representantes estudiantiles ante dicho Consejo, en aplicación de la Ley Orgánica de la  UNAH. Para ello deben ejecutarse al menos las siguientes acciones:

A)   Reformar el Reglamento General de la Ley Orgánica de la  UNAH eliminando el cuarto requisito y reglamentando el proceso de nombramiento de representantes estudiantiles al Consejo Universitario, como lo manda la propia Ley Orgánica. Dicho nombramiento debe hacerlo el Consejo Universitario en su condición de máximo órgano de gobierno del ente autónomo.
B)   Reformar el Reglamento de los Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y el Reglamento Electoral Estudiantil derogando las disposiciones de los mismos referidas a elecciones estudiantiles de los  representantes en el Consejo Universitario.
C)   Para nombrar los representantes estudiantiles en el Consejo Universitario, dicho órgano debe diseñar y reglamentar el procedimiento. Al respecto puede establecerse un procedimiento como el siguiente: convocar públicamente a los estudiantes de todas las facultades y centros regionales que reúnan los tres requisitos  de ley para que libremente y sin mediación de  ningún frente ni  otro tipo de organización expresen por escrito ante la Secretaría del propio Consejo Universitario su interés en ser representante estudiantil en dicho órgano de gobierno en forma ad honorem y durante dos años, como lo establece la ley; el Consejo verificará que los postulantes reúnan los  requisitos de ley e iniciará un proceso de entrevistas en audiencias públicas para evaluar las capacidades y conocimientos necesarios para ser Consejero; concluidas las entrevistas el Consejo Universitario hace la selección y nombramiento de un consejero estudiantil propietario y uno suplente  por cada facultad y centro regional.


Con este procedimiento se supera la nociva manipulación política, se da participación directa a los estudiantes y se seleccionan los consejeros por el sector estudiantil con criterios legales y de idoneidad técnico profesional. Por otra parte, las elecciones estudiantiles deben servir para elegir los dirigentes de las asociaciones estudiantiles de diverso  tipo y de la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras (FEUH). Nunca más para elegir representantes a los órganos del gobierno universitario.
Ciudad Universitaria, abril de 2012.

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