Ramón Romero (Ph.D.)
Profesor-Investigador de la UNAH
1.La
Universidad Nacional Autónoma de Honduras está reformándose para
superar el pasado de mediocridad académica, caos institucional y
administración indebida en que la manipulación política la sumió a lo
largo de muchos años. El Congreso Nacional fue sensible a las voces
universitarias y nacionales, tomando la iniciativa de aprobar una nueva
Ley Orgánica que, respetando la autonomía universitaria, posibilitara
liberar a esta institución de la manipulación política interna y
externa. Tres disposiciones de la Ley Orgánica han sido decisivas para
liberar a la UNAH de la manipulación política: 1) la
eliminación de la paridad estudiantil; 2) la designación de los
representantes estudiantiles al Consejo Universitario mediante
nombramiento y no por elecciones; 3) el establecer tres requisitos para
los estudiantes que integrarán el Consejo Universitario: a) ser
estudiantes de grado, matriculado regularmente; b) haber cursado al
menos un tercio de las asignaturas de su carrera; c) tener un índice
académico no menor de 80%.
2.Los
avances de la reforma universitaria están evidenciándose en aspectos
académicos como la investigación científica, la vinculación de la
Universidad con la sociedad, la autoevaluación de las
carreras y la ampliación al nivel virtual de la educación a distancia.
Otra dimensión de la reforma es la honradez y transparencia en el manejo
de las finanzas. A su vez, la administración de los recursos de la
Universidad con las manos limpias ha posibilitado el mejoramiento de
espacios físicos, la dotación de equipos para la docencia e
investigación científica, y la construcción de nuevos
edificios sin que la UNAH se haya endeudado. Todo eso marca grandes
diferencias con el pasado de manipulación política y manejo obscuro de
los recursos. En cuanto a su responsabilidad con Honduras,
también hay grandes diferencias. Durante los años de manipulación
política, la Universidad fue puesta de espaldas a los temas y problemas
decisivos del desarrollo nacional, desperdiciando el gran potencial de
aporte que esta institución tiene. Hoy la Universidad acata y da
cumplimiento a la norma constitucional que le ordena contribuir al
estudio de los problemas nacionales y a la transformación de la sociedad
hondureña. La UNAH de hoy, en el marco de la reforma universitaria está
investigando científicamente y formulando propuestas viables de
solución a problemas clave de nuestro país. Por ejemplo, estamos
desarrollando un nuevo modelo de Atención Primaria en Salud, con
características de integralidad y sostenibilidad, en
alianza con las Secretarías de Salud y Planificación, y de algunas
municipalidades, cuya experiencia piloto se ejecuta en San José de
Colinas, Santa Bárbara, y que al extenderse provocará mejoras
sustanciales en la salud pública nacional. En materia de seguridad la
Universidad, en alianza con amplios sectores ciudadanos, ha formulado
propuestas decisivas, que transformadas en ley están posibilitando el
inicio de la reforma de los servicios de seguridad pública para
construir condiciones de seguridad ciudadana en toda nuestra nación. A
los aportes en salud y seguridad ciudadana se suman otras áreas clave
del trabajo universitario como la gestión del riesgo, la protección del
ambiente y el apoyo científico-técnico a sectores productivos.
3. La
Universidad, bajo la conducción de la Rectora Castellanos y un equipo
de dirección superior ha asumido con prioridad cinco áreas de
compromiso: 1) el desarrollo de Honduras; 2) los servicios educativos de
más alto nivel para la juventud; 3) la búsqueda de la verdad y el
conocimiento científico; 4) la honradez en la conducción de la
Universidad, y 5) la disposición de hacer su trabajo con altos niveles
de calidad. Es un equipo reformista, con criterio profesional, sin
tintes partidarios en su gestión, que se fortalece con la pluralidad de
sus integrantes, evidenciando que más allá del sectarismo político
hay personas capaces y honestas, de muy distintas procedencias y credos
políticos, que pueden trabajar juntos en beneficio de Honduras y sin
manipular a las instituciones a favor de ningún interés particular, ni
político ni económico.
4. Ante
el avance de la reforma, los pequeños grupos que se oponen a la
transformación y adecentamiento de la Universidad han reaccionado
priorizando sus intereses particulares por encima del beneficio de
Honduras, buscando oportunidades para favorecerse indebidamente con el
presupuesto y el poder de la UNAH. Esos pequeños grupos –cuya cara
visible está constituida por empleados universitarios que sin ser
estudiantes son directivos de frentes estudiantiles, más su clientela
política- pretenden retornar al pasado vergonzoso de negociaciones bajo
la mesa y repartos secretos de puestos con propósitos de llegar a los
más elevados cargos de poder universitario sin los méritos académicos y
éticos, y desde ahí repartirse el botín con el más abyecto sentido de
corrupción, sin importarles que con ello se destruya a la Universidad y
se profundicen el subdesarrollo y la corrupción en nuestro país. Su
estrategia de control político en la Universidad consiste en disfrazar
bajo la apariencia de un derecho estudiantil y de la democracia interna,
una ofensiva de obscura manipulación política que clama por volver al
pasado de elecciones estudiantiles para elegir a los representantes de
los estudiantes en el Consejo Universitario, y a partir de
ahí controlar aviesamente a la Universidad. Ya empezaron, en su viejo y
calumnioso estilo, a alegar que les han ofrecido la
rectoría o que estaban negociando los cargos de la Junta de Dirección
Universitaria, y a ejecutar pseudoelecciones.
5. ¿La academia o la política? Los pocos que quieren
aprovecharse indebidamente del presupuesto y del poder de la
Universidad pretenden poner de nuevo en discusión un asunto al cual los
universitarios, la ciudadanía y el Estado de Honduras hace tiempo
respondimos de manera consciente y responsable. La inmensa mayoría de
hondureños, universitarios y no universitarios y nuestro Estado nos
hemos manifestado a favor de que los destinos de la Universidad se
decidan con criterios jurídicos, académicos y profesionales, y no en
base a resultados políticos; y la historia nos ha dado la razón: es
evidente y claro que al acabarse la manipulación politiquera del
pasado, la Universidad empezó a transformarse y mejorar.
Pese a ello, la ambición desmedida de unos pocos les hace sostener,
contra toda razón y decencia, que la Universidad debe retornar al viejo
esquema de elecciones estudiantiles manipuladas desde fuera, con
costosísimas y desproporcionadas campañas de propaganda –usando dineros de procedencia obscura-, alentando
pasiones de odio y chantajeando votos para decidir la integración
estudiantil del Consejo Universitario, el más importante órgano del
gobierno de la UNAH, para luego, controlando el Consejo Universitario,
repartirse el botín y abrir las puertas a las ganancias ilícitas y a la
mediocridad académica. Resulta irónico que a ese caldo de corrupción, de
manera descarada sus promotores le llaman democracia. Una institución
tan importante como la Universidad no
puede ni debe estar sometida a ningún tipo de manipulación política, ni al interés de ambiciosos e inescrupulosos.
6. La
Ley Orgánica de la UNAH ordena que la representación estudiantil en el
Consejo Universitario debe ser nombrada y no electa. El procedimiento
legal de nombramiento se dirige a blindar y hacer permanente el gobierno
universitario con criterios académicos y de sana administración. En el
respeto a dicho procedimiento de selección reside la clave para evitar
el retorno al cercano pasado en que la UNAH fue desnaturalizada,
manipulada y disminuida en su misión. El artículo número ocho (8) de la referida Ley Orgánica en su último párrafo ordena: “Los estudiantes para ser
nombrados como miembros del Consejo, deberán ser
estudiantes de grado con inscripción y asistencia regular, tener un
índice académico no menor del ochenta por ciento (80%) y haber cursado
un tercio de las asignaturas de su carrera.” Pese a que la Ley es muy clara y explícita al señalar los tres
requisitos, de manera interesada se pretende desconocer la Ley Orgánica
y en su lugar aplicar el Reglamento General de dicha Ley, en el cual
aparece un cuarto requisito inexistente en la Ley: “ser
elegido según el respectivo reglamento” (Artículo 23 del Reglamento
General de la Ley Orgánica de la UNAH, inciso C, tercer párrafo de dicho
inciso). Este cuarto requisito es ilegal por al menos las siguientes
razones: a) el cuarto requisito es creado en el Reglamento y no en la
Ley, y un reglamento al ser de menor jerarquía que una ley no puede
alterarla sino
someterse estrictamente al espíritu y la letra de la norma superior; b)
las ultra disposiciones reglamentarias respecto a la ley que lo origina
son nulas y en este caso el Reglamento con su cuarto requisito
sobrepasa, excede o va más allá de lo que la Ley ordena; c) la
existencia del cuarto requisito es contradictoria con la Ley y por tanto
violatoria de la misma; d) un reglamento desarrolla la ley y por ello
jamás puede establecer normas que no están previamente contenidas en la ley;
e) el espíritu del Legislador al ordenar el nombramiento y no la
elección es eliminar el control político sobre la Universidad y no
prologar el mismo.
7. El
Consejo Universitario debe proceder a nombrar a los representantes
estudiantiles ante dicho Consejo, en aplicación de la Ley Orgánica de la UNAH. Para ello deben ejecutarse al menos las siguientes acciones:
A) Reformar el Reglamento General de la Ley Orgánica de la UNAH
eliminando el cuarto requisito y reglamentando el proceso de
nombramiento de representantes estudiantiles al Consejo Universitario,
como lo manda la propia Ley Orgánica. Dicho nombramiento debe hacerlo el
Consejo Universitario en su condición de máximo órgano de gobierno del
ente autónomo.
B) Reformar
el Reglamento de los Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras y el Reglamento Electoral Estudiantil derogando las
disposiciones de los mismos referidas a elecciones estudiantiles de los representantes en el Consejo Universitario.
C) Para
nombrar los representantes estudiantiles en el Consejo Universitario,
dicho órgano debe diseñar y reglamentar el procedimiento. Al respecto
puede establecerse un procedimiento como el siguiente: convocar
públicamente a los estudiantes de todas las facultades y centros
regionales que reúnan los tres requisitos de ley para que libremente y sin mediación de ningún frente ni otro
tipo de organización expresen por escrito ante la Secretaría del propio
Consejo Universitario su interés en ser representante estudiantil en
dicho órgano de gobierno en forma ad
honorem y durante dos años, como lo establece la ley; el Consejo
verificará que los postulantes reúnan los requisitos de
ley e iniciará un proceso de entrevistas en audiencias públicas para
evaluar las capacidades y conocimientos necesarios para ser Consejero;
concluidas las entrevistas el Consejo Universitario hace la selección y
nombramiento de un consejero estudiantil propietario y uno suplente por cada facultad y centro regional.
Con este procedimiento se supera la nociva manipulación política, se da participación directa a los estudiantes y se seleccionan los consejeros por el sector estudiantil con criterios legales y de idoneidad técnico profesional. Por otra parte, las elecciones estudiantiles deben servir para elegir los dirigentes de las asociaciones estudiantiles de diverso tipo y de la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras (FEUH). Nunca más para elegir representantes a los órganos del gobierno universitario.
Ciudad Universitaria, abril de 2012.
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