La muerte de Mario Felipe Martínez Castillo, el día 30 de julio del 2012, significa para Honduras la pérdida del primer hondureño en obtener un doctorado en historia y ser uno de los representantes de la transición hacia una historia académica y documental dentro de la historiografía hondureña. Nacido en la ciudad de Comayagua el 16 de septiembre de 1932. Hijo del doctor Carlos Martínez Palma de origen guatemalteco y la señora Mercedes Castillo Cruz, originaria de la primera capital política de Honduras.
Sus estudios primarios y secundarios los realizó en
Guatemala y México. Luego realizó sus
estudios universitarios en Brasil, obteniendo el grado de licenciatura
en historia en la Universidad de Río de Janeiro; el grado de maestría en la Academia de Geografía e Historia de la Universidad de Parabará, en este
país fue compañero de estudios del
destacado historiador latinoamericano Ciro F. Cardoso, y se doctoró en historia
por la Universidad de Sevilla en España, especializándose en Historia del Arte
Hispanoamericano.
A lo largo de su vida son variados los aportes que el Dr.
Martínez Castillo realizó en el campo de los estudios históricos y del arte en
Honduras. En primer lugar, fue uno de los fundadores, en la década de los
setenta del siglo XX, de la carrera de historia en la UNAH, junto con Marcos
Carías, Marielos Chaverri y Laura Gálvez, en donde se han graduado cerca de
cien nuevos profesionales en este campo del saber. En segundo lugar, el papel
que desempeñó como asesor histórico de la
Cancillería de la República dentro de la Comisión de Soberanía y
Fronteras. Cabe decir que el Dr. Martínez
estuvo presente en el juicio oral de la sentencia de la Corte
Internacional de la Haya, Holanda, donde se dio el veredicto en 1992 a favor de
Honduras, siendo una de las figuras claves en la sustentación documental para
que Honduras obtuviera un veredicto favorable. En tercer lugar, el Dr. Castillo
fue un infatigable investigador del período y el arte colonial hondureño,
legándonos, desde ya, una serie de publicaciones que dan a conocer gran parte
de la documentación, que pocos historiadores hondureños han tenido acceso, de
los archivos de España, Guatemala y México.
Puede decirse que Mario Felipe Martínez, poco a poco, y por
su obra será siempre un referente de los estudios coloniales en Honduras. Así
en su obra publicada nos ha legado, la referencia a la existencia y la muerte del considerado nuestro primer
héroe nacional Lempira en su libro: Los últimos días de lempira y otros
documentos. El conquistador español que venció a Lempira (1987), de igual modo
estudio los grupos étnicos prehispánicos en su ensayo Presencia de grupos
mexicanos antes y después de la conquista de Honduras (1981), también analizó
la presencia de la población negra en Honduras en su ensayo XXXX. Una segunda
temática dentro de los estudios fue la historia regional de la Honduras
colonial, como puede leerse en sus publicaciones: "Proceso de formación de
la Villa de Santa Cruz de Yoro", Revista Historia Crítica, No.2, Carrera
de Historia UNAH; "Comayagua
durante la Centuria de Fernández de Oviedo", Revista Historia Crítica,
No.3; Introducción histórica al pueblo
de Quezailica (1993), no obstante en esta temática sobresale el estudio de la
Tegucigalpa colonial en su importante texto Apuntamientos para una historia
colonial de Tegucigalpa y su alcaldía mayor (1982) y su reciente libro
publicado en el presente año Lecturas de Tegucigalpa.
La historia de las instituciones coloniales en Honduras
también fueron objeto del que hacer investigativo de Martínez Castillo, como la educación, la
salud y el régimen de intendencias en sus publicaciones: Capítulos sobre el
colegio tridentino de Comayagua y la educación colonial en Honduras (1967)); La
intendencia de Comayagua (2001), Textos inéditos de la historia colonial de
Honduras (2009), que junto con su libros Documentos para la historia de
Honduras (1983), y Los forjadores de la identidad nacional (2011) constituyen
la base para un acercamiento interpretativo y documental para el conocimiento de la sociedad colonial hondureña. No
obstante, fue el estudio del arte colonial latinoamericano y hondureño lo que
apasionó a Martínez Castillo, por eso es dable decir que su mayor obra fue, sin
duda, Cuatro centros de arte colonial provinciano criollo en Honduras (1992),
con la cual obtuvo el premio de estudios históricos Rey Juan Carlos I, que
otorga la Embajada de España en nuestro país.
No cabe duda que los historiadores del siglo XXI encontrarán
en la obra de Mario Felipe Martínez Castillo un punto de partida, en sus
fuentes y documentos, para interpretar la sociedad colonial hondureña y su
incidencia en el presente. Así como la memoria, de quien ejerció el oficio de
la historia con dedicación, compromiso y
diálogo permanente con las fuentes.
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