- El
presidente de EL PAÍS cree que la distribución de la prensa está amenazada por
el cierre de quioscos y librerías.
El
presidente de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, ha asegurado hoy en Lisboa que “el
periodismo independiente y profesional se basa en la autofinanciación de los
medios” y que solo este periodismo profesional, independiente y con recursos
económicos propios puede ejercer una de las tareas esenciales de los medios de
comunicación: “La contestación al poder, porque ya saben que noticia es aquello
que alguien no quiere que se sepa”.
Cebrián
participó en una mesa redonda en Lisboa con el título La independencia y competitividad
de los medios en tiempos de crisis dentro de una jornada de reflexión sobre
el periodismo que organiza hoy, con motivo de su 20 aniversario, la cadena
portuguesa de televisión TVI, perteneciente al grupo Media Capital, participado
en un 80% por el Grupo Prisa.
Cebrián
comenzó su charla alertando sobre el negro panorama que amenaza a los medios de
comunicación. Recordó que la publicidad que antes nutría a los periódicos ha
emigrado a motores de búsqueda como Google. Señaló que Google, por ejemplo, ya
incorpora más publicidad que todos los periódicos de EE UU y que esta tendencia
es creciente, en EE UU y en Europa. “Además,”, añadió, “los quioscos cierran,
como las librerías. La distribución de nuestro producto está amenazada”. El
primer director de EL PAÍS añadió que a pesar de todos los tanteos e intentonas
en muchos sentidos “el modelo de negocio está aún sin saberse”. “Nadie, ninguna
empresa periodística o de comunicación tiene hoy por hoy la respuesta de cómo
será ese modelo de negocio o si, al menos, existe”, se lamentó.
No solo hay
una amenaza económica. También deontológica. Ante la creciente marea de
información hecha y consumida por los propios usuarios de internet, Cebrián se
preguntó si en este mundo que prescinde de intermediarios tiene sentido el
papel del periodista, que es, por definición, un mediador. Y se respondió: “Sin
periodistas profesionales con curiosidad y capacidad de asombro que utilicen
fuentes fiables y que comprueben la información, que publiquen informaciones
veraces, será difícil que sepamos cómo funciona esta sociedad”. Y añadió que en
la red, entre otras muchas cosas, viajan muchas mentiras, bulos y rumores
incomprobables envueltos en informaciones fidedignas. Para Cebrián, un ejemplo
de la necesidad y pertinencia de los periódicos fue el caso de Wikileaks:
“Necesitaron a los periódicos para dotar a sus informaciones de credibilidad y
contexto”.
Pero después
aludió al ilustrativo ejemplo de Wikipedia, confeccionada exclusivamente con
colaboraciones de usuarios. “Wikipedia esconde muchos errores. Y, sin embargo,
a pesar de tantos errores, y paradójicamente, es mucho más comentada que la Enciclopedia
Británica, que también está al alcance de la mano de un clic”. Y añadió:
“Este populismo de la información que ha traído Internet es posible que sea más
democrático, pero amenaza el sueño platónico de que gobiernen los mejores”.
La llegada
de Internet, para Cebrián, no es un mero cambio de actitudes sociales. Es una
revolución social y de civilización comparable, en la historia de la humanidad,
al invento del alfabeto o de la imprenta. Y en ese ojo del huracán está inmerso
el propio periodismo. Pero no sólo. A juicio de Cebrián, la democracia
participativa, puesta hoy en causa en muchos países, también se resiente con la
crisis del periodismo. “¿Cómo se hará para verter la opinión pública en un país
si no existen periódicos de referencia?”, se preguntó el presidente de EL PAÍS.
Después de
Cebrián, otro de los participantes en el acto, el escritor y periodista Miguel
Sousa Tavares animó a los periodistas “a salir a la calle, olvidarse de
internet y olfatear las noticias fuera”.
Tomado de ElPais.com
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