Amy Goodman
Tras haber pasado casi 42 años en confinamiento solitario, Herman
Wallace fue liberado esta semana. Wallace padecía cáncer de hígado y le
quedaban apenas días de vida. El juez Brian A. Jackson, del Tribunal
Federal del Distrito Medio de Louisiana emitió un sorprendente fallo
judicial para liberar a Wallace, al anular su condena por homicidio,
dictada en 1974. Mientras Herman Wallace yacía en su lecho de muerte
supo que, tras haber tenido que soportar la tortura del confinamiento
solitario durante casi toda la vida por un crimen que no cometió, era un
hombre libre.
Herman Wallace era uno de los llamados “Tres de Angola”, junto a
Robert King, que fue liberado de prisión en 2001, y Albert Woodfox, que
permanece en confinamiento solitario a pesar de que su condena fue
revocada en tres ocasiones. Los tres, todos afroestadounidenses, fueron
enviados al Centro Penitenciario del Estado de Louisiana, más conocido
con el nombre de “Angola”, considerada la peor prisión de Estados
Unidos. La extensa prisión se encuentra en el territorio de una antigua
plantación que utilizaba trabajo esclavo y que hoy en día alberga a
5.000 presos. Lleva el nombre de Angola, por el país africano de donde
provenían muchos de los esclavos que trabajaron en esa tierra años
atrás. Actualmente, los prisioneros trabajan arduamente en las
plantaciones de la prisión, bajo la supervisión de guardias armados
montados a caballo.
Wallace fue inicialmente enviado a prisión por robo. Junto a Woodfox y
King fundó una de las primeras agrupaciones del partido de las Panteras
Negras en la cárcel. Organizaban a los reclusos para oponerse a la
violencia sistemática y la esclavitud sexual que pululaban en la
prisión.
En 1972, Wallace y Woodfox fueron hallados culpables del asesinato de
un joven guardia de la prisión llamado Brent Miller. No existen pruebas
que los vinculen con el crimen. Las autoridades ignoraron una huella
digital manchada de sangre encontrada en la escena del crimen, que no
coincidía con las huellas de Wallace ni de Fox. Ambos creen que eran el
blanco de los funcionarios de la prisión debido a que organizaban a los
presos. Tras haber sido condenados en 1974, fueron sometidos a
confinamiento solitario junto a Robert King, que había sido procesado
por otro delito, que tampoco había cometido.
La historia de los Tres de Angola es retratada en el documental
“Herman’s House”, transmitido recientemente en la serie “P.O.V.” de la
cadena de televisión pública estadounidense PBS.
El documental muestra la colaboración entre Wallace y la artista Jackie
Sumell, que escuchó hablar a Robert King tras haber sido liberado y
decidió escribirle a Wallace. El film incluye la voz de Herman Wallace a
partir de conversaciones telefónicas grabadas con Jackie Sumell.
“Jackie, en tu carta me preguntaste con qué tipo de casa sueña un
hombre que vive en una celda de dos metros por dos. En el frente de la
casa tendría tres jardines. La parte del jardín es la más fácil de
imaginar. Los jardines estarían llenos de gardenias, claveles y
tulipanes. Eso es muy importante. Me gustaría que los invitados pudieran
sonreír y caminar entre las flores todo el año”.
Entrevisté a Jackie Sumell en Nueva Orleans, en la víspera del
sorpresivo anuncio de la liberación de Wallace. Sumell hablo sobre la
casa de ensueño de Herman Wallace: “Esa casa es un testimonio de su
imaginación, del triunfo de la imaginación y del legado de Herman, que
lo sobrevivirá. Su legado, su compromiso con la gente y la historia de
la injusticia que sufrió sobrevivirán a Herman. Es importante construir
esa casa en la capital mundial de la reclusión”. Louisiana tiene la tasa
de encarcelamiento per cápita más elevada de Estados Unidos, y es trece
veces mayor que la de China. Asimismo, es el estado con la tasa más
alta de personas liberadas tras haber sido condenadas injustamente.
Los Tres de Angola se reunieron el martes por última vez. Las reglas
de la prisión le permitieron a King y a Woodfox despedirse de Wallace,
no porque fuera a abandonar la prisión, sino porque estaba muriendo. De
pura casualidad, el juez anuló la condena de Wallace en ese momento y
fueron ellos los que le dieron la noticia. Robert King describió sus
últimos momentos juntos: “Albert Woodfox estaba encadenado y esposado.
Tenía el cinturón tradicional, la cadena con el cinturón, los candados y
todo lo demás. Las últimas palabras de Albert fueron: ‘Herman, te
queremos y hoy vas a salir de aquí. Estamos tratando de sacarte. Los
abogados te sacarán hoy’, y esas fueron sus últimas palabras, y luego lo
besamos en la frente. Pero antes de esta última vez, Albert lo había
alentado a que soportara un poco más, que lo iban a liberar, que había
gente que estaba trabajando para él, que no se olvidarían de él”.
Amnistía Internacional ha instado al gobernador de Louisiana, Bobby
Jindal, a sacar de inmediato a Albert Woodfox del confinamiento
solitario.
Wallace fue trasladado en una ambulancia al Hospital de la
Universidad del Estado de Louisiana en Nueva Orleans. Durante años soñó
con el momento de su liberación, y lo describió así en el documental
“Herman’s House”:
“Soñé que llegaba al portón de entrada y había un montón de gente
allí. Y no lo podrás creer, pero salía bailando ‘jitterbug’. Hacía todo
tipo de locuras y tonterías. Y la gente se reía, simplemente se mataban
de la risa hasta que salía por ese portón. Y recuerdo que en el sueño me
daba vuelta y miraba alrededor. Todos los demás reclusos me saludan
desde la ventana, alzando los puños en el aire. Es fuerte. Es tan real.
Puedo sentirlo ahora mismo que lo estoy contando”.
Herman Wallace no salió bailando de la prisión. Fue trasladado en una
camilla de ambulancia, mientras su vida pendía de un hilo. Pero
finalmente fue libre, tras haber pasado casi 42 años en confinamiento
solitario, más tiempo que ningún otro prisionero en la historia de
Estados Unidos.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2013 Amy Goodman