Amy Goodman y Denis Moynihan
Cuando se denunció la desaparición de Bowe Bergdahl en Afganistán la
mañana del 30 de junio de 2009, se produjo una gran grieta en el
discurso estadounidense acerca de la guerra más larga de la historia del
país.
La liberación de Bergdahl esta semana como parte de un intercambio de
prisioneros con el Talibán provocó que desde los medios de comunicación
dominantes se atacara abiertamente al prisionero de guerra
estadounidense, a su familia y al propio Presidente Barack Obama. Sin
embargo, lejos del barullo de estos abucheadores profesionales de la
clase política, en Haily, Idaho, Bob Bergdahl, el padre del joven
prisionero, ha librado una larga lucha por la liberación de su hijo. El
calvario del hijo y el activismo disciplinado y contemplativo del padre
muestran otra cara de la guerra de Estados Unidos en Afganistán.
Aún se desconoce exactamente qué sucedió aquella noche en que Bowe
Bergdahl desaparició en la provincia de Paktika. Sean Smith, un
documentalista del periódico The Guardian, conoció a Bergdahl un mes
antes de su desaparición.
“Bowe era un tipo que hablaba con calma, era inteligente y atento”,
escribió Smith sobre el soldado ahora liberado. Smith realizó dos videos
excepcionales, uno con imágenes registradas en Afganistán y otro
filmado en Idaho, en el que se muestra el incansable trabajo de Bob
Bergdahl no solo para que liberen a su hijo, sino también para
comprender la misión de Estados Unidos en Afganistán. El soldado Bowe no
aparece en los documentales de Smith, pero sí dos de sus compañeros de
unidad, que son parte de un inseparable grupo de cinco o seis personas.
En el video, uno de los soldados, le dice a Smith: “Esta gente solo quiere que se la deje en paz”.
El otro compañero de Bowe, prosigue: “Los rusos los jodieron durante 17 años y ahora vinimos nosotros”.
Y continúan: “Lo mismo ocurrió en Irak cuando estuve allí. Esta gente
solo quiere que la dejen tranquila, celebrar sus cosechas, sus bodas,
ese tipo de cosas. Eso es todo”.
Pocos días después de esta entrevista a sus compañeros, Bergdahl
desapareció. Smith me dijo: “Muchas personas que servían en el Ejército
en Afganistán estaban expresando preocupación acerca de lo que estaban
haciendo allí o acerca de lo que les dijeron que fueron a hacer allí y
de lo que pensaban que estaban haciendo. No criticaban la cadena de
mando, sino que estaban cuestionando la guerra y el concepto que hay
detrás. Varios soldados estadounidenses plantearon inquietudes y
cuestionamientos”.
De regreso en Idaho, Smith caminó junto con el padre de Bowe hasta
llegar a un remoto campamento cubierto de nieve en medio de las
montañas. Bob Bergdahl se había dejado crecer una larga barba y estaba
estudiando el idioma Pashto para poder comunicarse con la gente de
Afganistán.
En el documental, Bergdahl dice acerca de su hijo: “No estaba allí
por razones de seguridad nacional. No estaba allí porque perdió a un
amigo cercano el 11 de septiembre. Estaba allí porque fue educado para
sentir compasión. Sé que esa fue la motivación de Bowe, ayudar a estas
personas. Ese es el modo en que muchos estadounidenses conciben la
guerra: somos una especie de Cuerpo de Paz con armas y esa es una misión
imposible”.
Inmediatamente después, se ve a Bob Bergdahl mirando un video de
Martin Luther King Jr. en 1967, cuando pronunció su famoso discurso
“¿Por qué me opongo a la guerra de Vietnam?”. Bergdahl reflexiona:
“¿Cómo vamos a enseñarles a al menos dos generaciones de niños de este
país que tenemos cero tolerancia a la violencia cuando, al mismo tiempo,
ocupamos dos países de Asia durante casi una década? Es esquizofrénico.
La finalidad de la guerra es destruir. No se la puede utilizar para
gobernar”.
Se está prestando mucha atención al grupo de personas que solicita
que Bowe Bergdahl sea sometido a un consejo de guerra. Media Matters, un
observatorio de los medios de comunicación sin fines de lucro ha
documentado la implacable campaña del canal Fox News contra Bergdahl y
la demonización de su familia. Mientras tanto, el New York Times puso en
duda la afirmación reiterada incansablemente por la CNN, MSNBC
y otros medios de que de seis a ocho soldados murieron mientras
buscaban a Bowe Bergdahl en las semanas y los meses posteriores a su
desaparición.
Otras personas, quizá mejor informadas, a quienes los medios de
comunicación dominantes conceden muy poco espacio, tienen respuestas más
matizadas con respecto al intercambio de prisioneros de guerra. El
Coronel retirado de la Fuerza Aérea Morris Davis, principal fiscal
militar de la prisión de la Bahía de Guantánamo hasta que renunció en
2007, me dijo: “No conozco ninguna guerra que haya terminado sin que las
partes negocien o debatan. Simplemente no sé cómo se pone fin a una
guerra sin hablar con el otro bando”.
En respuesta a la crítica de que los cinco prisioneros de Guantánamo
que fueron intercambiados por Bergdahl eran terroristas de alto nivel,
Davis afirmó: “Muchos políticos, incluido John McCain, han intentado
utilizar esto para mostrar al Presidente Obama como débil. Creo que es
un discurso falso y, lamentablemente, demasiadas personas lo han creído.
Se está intentando pintar un panorama de que las fuerzas
estadounidenses capturaron a estos hombres en medio de la batalla y que
en el proceso se perdieron vidas y eso no fue lo que sucedió. Durante el
tiempo que fui fiscal principal en Guantánamo investigamos a todos los
presos y nos centramos en alrededor de 75 que podían ser acusados de
cometer algún delito. Cuando vi los nombres el otro día, no los
reconocí. Tuvimos más de 12 años para probar que habían cometido algún
delito del que acusarlos. Estoy seguro de que si hubiera sido el caso,
lo hubiéramos hecho, pero no fue así.”
Cuando le pregunté al Coronel Morris si calificaría a estos hombres
que han sido liberados y enviados a Qatar también como prisioneros de
guerra, me respondió afirmativamente.
El difunto periodista de la revista Rolling Stone Michael Hastings
publicó varias notas sobre Bowe Bergdahl en las que cita correos
electrónicos enviados por Bowe a sus padres, que son muy críticos de la
ocupación de Estados Unidos en Afganistán. Bowe escribió: “Lamento todo
lo ocurrido aquí”. Al final del video de Sean Smith, se escucha a Bob
Bergdahl decir sobre la guerra de Estados Unidos en Afganistán: “Creo
que se trata del ocaso del tejido moral estadounidense. Aquí se origina
el sentimiento de culpa, porque te dicen que estás ayudando, pero por
dentro sabes que no es así”.
© 2014 Amy Goodman
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