jueves, 12 de junio de 2014

Niñez, migración forzada y solución permanente

Por: Dr. H. Roberto Herrera Cáceres
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos

La migración irregular es un fenómeno social que responde a la necesidad que experimentan los hondureños y hondureñas de buscar mejores oportunidades de vida que les permitan satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia.  Sus causas son diversas y complejas, entre ellas pobreza y exclusión social, violencia, delincuencia, catástrofes naturales.

Lo que más importa es tener presente que el migrante hondureño y su familia son  seres con dignidad humana, por lo que es necesario  e imperativo lograr el cumplimiento de las responsabilidades de todos los Estados (de origen, tránsito y destino) de asegurar el respeto y efectividad de los derechos humanos que  son inherentes a todas y todos los migrantes.


Con el acompañamiento esperado de la cooperación internacional, el Estado hondureño debe desactivar progresivamente el negativo proceso cíclico de la migración obligada que, aún en caso del retorno de migrantes, ha llevado forzosamente a muchos de ellos a reintentar nuevamente el recorrido de esa ruta ingrata. Ese ciclo de migración forzada de parte de nuestra gente debe cesar progresivamente, aplicando una política integral y comprensiva que impulse el desarrollo humano con seguridad democrática en los municipios y promoviendo la dignidad humana de los  habitantes y su participación efectiva en el impulso del crecimiento económico inclusivo y en la distribución equitativa de la riqueza producida.

El fenómeno de la niñez migratoria -no acompañada- representa un desafío aún más grave para el Estado hondureño,  padres y comunidades locales de origen, pues evidencia una inadecuada protección y garantía de los derechos fundamentales de la niñez y del interés superior de  asegurar su, sano y socialmente productivo, desarrollo físico y mental.

La institucionalidad del Estado de Honduras debe continuar sus esfuerzos por garantizar un entorno apropiado para el respeto y cumplimiento de todos los derechos  de la niñez y de los migrantes en general, respetando su dignidad humana y atendiendo siempre el interés superior del niño y la niña.

Es necesario evitar también la migración de niños y niñas no acompañados, pues no obstante la buena disposición de los Gobiernos, faltan condiciones adecuadas para evitar que, en la ruta, sean víctimas de violación a sus derechos fundamentales por abusos de autoridades o delincuencia común u organizada mediante actos de extorsión, abuso físico y sexual, secuestro, trata de personas, explotación, discriminación y otros.

El servicio consular de Honduras debe estar presente y velar ininterrumpidamente por el buen trato y respeto  efectivo de los derechos humanos fundamentales de los migrantes hondureños y hondureñas en cualquier parte del mundo donde se encuentren.



La migración tiene un alcance transnacional por lo que es crucial la unidad de propósitos y de acciones en Centroamérica para garantizar la inviolabilidad de la dignidad humana de sus habitantes.

En esa dirección:
  1. Exhorto respetuosamente a los gobiernos centroamericanos a cumplir con sus compromisos que se sustentan:
a)      En el reconocimiento de que la pobreza lesiona la dignidad humana de los habitantes y  constituye una amenaza a su seguridad y a la estabilidad democrática de nuestras sociedades, por lo que deben priorizar los esfuerzos por superar sus causas estructurales y mejorar la calidad de vida de las poblaciones;
b)      En la necesidad de adoptar posiciones y estrategias conjuntas por la defensa legítima de los migrantes centroamericanos.  

  1. Insto nuevamente a mis homólogos centroamericanos a considerar la importancia de reactivar el Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos (CCPDH) con el propósito de fortalecer la coordinación y comunicación para lograr una  estrategia regional que garantice una permanente   y  mejor protección de la niñez y, en general, de migrantes centroamericanos  y sus familias; y de orientar, a los Gobiernos de los Estados miembros del Sistema de la Integración Centroamericana, hacia el cumplimiento progresivo del derecho humano al desarrollo de nuestros pueblos.

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