Amy Goodman
Un nuevo evento climático extremo está afectando una de las
tradiciones más populares de Estados Unidos: el Día de Acción de
Gracias. Los meteorólogos de The Weather Channel han denominado a esta
tormenta de invierno “Bóreas”, en honor al antiguo Dios del viento norte
de la mitología griega, el portador del invierno. Se ha informado que
al menos catorce personas han muerto hasta el momento como consecuencia
de la tormenta y 58 millones han sido afectadas. Bóreas ha provocado
nevadas y lluvias heladas a lo largo del noreste de Estados Unidos en
los días de mayor tránsito del año. Los informes sobre el tiempo en la
televisión siguen todos el mismo modelo: el intrépido periodista aparece
de pie junto a una autopista nevada o en un aeropuerto donde los
pasajeros están varados. ¿Acaso no sería una buena idea aprovechar la
escena de los transportes que utilizan combustibles fósiles como excusa
para hablar del cambio climático? ¿Por qué no hablamos de cómo nuestro
estilo de vida, que depende tanto de actividades que emiten gases de
efecto invernadero, desde conducir automóviles hasta viajar en avión,
contribuye directamente a distorsionar el clima?